“De Fab Lab León me llevo saber que si tengo una idea y me lo propongo, podré cumplirla”
GANADORA DEL PREMIO JORDI SIERRA I FABRA 2024 ENTREVISTA A MARÍA LORENZO VALERO
Las actividades extraescolares de Fab Lab León son para cualquier persona que quiera experimentar con la tecnología. No importa a lo que vaya a dedicarse más adelante, pues lo que aquí aprenden va a servirles para afrontar nuevos retos.
Nuestros alumnos de hoy serán en unos años ingenieras, escritores, arquitectos, profesoras, músicos o mecánicos que tendrán un mayor conocimiento de todo lo que son capaces de llevar a cabo gracias a la fabricación digital, y que podrán aplicarlo en sus campos para llegar un paso más lejos.

Por eso, hemos estado charlando con María Lorenzo, estudiante de 2º de Bachillerato que pasó cuatro años en Fab Lab León. El próximo curso piensa matricularse en Filología Hispánica, tras ganar hace unos meses el Premio Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes con su primera novela, El muñeco del maestro.
María comenzó en Fab Lab León cuando estaba cursando 5º de Primaria. Entró en el grupo Poderosas, exclusivo de niñas; y más tarde formó parte de los Jóvenes Makers. Nos conoció en un evento público en el que se sintió fascinada por todo lo que se podía crear aquí y pasó cuatro cursos elaborando sus propios proyectos. “Me acuerdo mucho de un diseño que hicimos de una mujer astronauta y que lo plasmamos en una camiseta y en una libreta. Representaba el ideal en el que yo quería convertirme y me hizo mucha ilusión”, recuerda María.

Fue una profesora de Literatura Universal, en el instituto, la que hizo recordar a esta joven, que había crecido rodeada de libros, su pasión por las palabras y la escritura. En eso anda concentrada ahora, pero aquellos cuatro años en Fab Lab León le sirvieron para mucho más que para trasladar sus diseños a objetos concretos. “Lo que me llevo conmigo es saber que puedo hacer todo lo que me proponga con esfuerzo y con dedicación”, explica María. “Fab Lab León me dio la seguridad de decir: tengo una idea y, si me lo propongo, podré cumplirla”, añade.
Su novela está también protagonizada por un maestro inspirador. Contextualizada en los años previos a la guerra civil española, narra, desde la perspectiva de una niña, la relación de esta con su maestro, con el que tiene un secreto muy especial. Está basada en un relato real que conoció cuando participaba en un voluntariado con su colegio. Los sábados acudían a una residencia a realizar actividades con los mayores. “Casi siempre querían jugar al bingo, así que jugábamos y también hablábamos con ellos”, cuenta María. Una señora se acercó a mí y me contó la historia de su maestro. Yo me quedé prendada tanto de la belleza de la historia como del amor con el que ella recordaba a su maestro y pensé que no se podía perder”, explica.

Con su permiso, fue recopilando documentación al tiempo que hablaba con sus abuelos y consultaba películas y libros para entender mejor la época en la que iba a transcurrir su novela. El impulso para escribirla se lo dio el enterarse de que existía el Premio Jordi Sierra i Fabra y lo que vino luego ya lo sabemos. “Cuando me dijeron que había ganado fue una sorpresa porque era la primera novela que escribía y no sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, mi única referencia eran los libros que me gustaba leer”, explica. A tenor del jurado, lo había hecho muy bien y había logrado crear una “novela del más puro realismo mágico”.
En estos meses ha presentado su libro en numerosos lugares incluyendo la residencia donde vive la mujer que le contó la historia. Volviendo ahora la mirada a sus años en Fab Lab León, recuerda una charla que dio en una celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia para inspirar a otras niñas con sus proyectos y aficiones. “Aquella oportunidad que me dieron me sirvió mucho para ver de lo que era capaz y para ganar confianza”, asegura.

